Historia

El origen de la fiesta del Corpus Christi actual en Villa de Mazo, se remonta a la década de los años setenta del siglo pasado. En unas imágenes que se sitúan en ésta época, aparece hecha una alfombra, y levantado un pequeño altar para el descanso procesional de la custodia; sin embargo, la referencia más antigua que hemos encontrado con relación a la elaboración de arcos festivos en Mazo no tiene que ver con la celebración del Corpus. Así tenemos  que el 18 de septiembre de 1774, con motivo de la entronización de Nuestra Señora de los Dolores en su ermita de Lodero, para el adorno del recorrido procesional "se hicieron arcos con todo aseo vestidos". Ya a finales del siglo XIX se hacen presentes en la festividad del Corpus macense.


En pleno siglo XX nos encontramos que el Ayuntamiento decide el 26 de marzo de 1945, tras una petición del Consistorio de Santa Cruz de la Palma, colaborar con las Fiestas Lustrales colocando "un arco en una de las calles de tránsito de dicha población en calidad de homenaje a Nuestra Venerable Virgen". Cinco años después la Corporación Municipal vuelve a acordar, el 31 de mayo de 1950, la construcción de otro arco, ésta vez debido a honrar al obispo Pérez Cáceres que, en agosto de 1947, había sido nombrado Hijo adoptivo del municipio. Y también se elaboraron arcos en octubre de 1950, a propósito de la visita del entonces jefe del Estado, Francisco Franco.

Las raíces inmediatas de lo que hoy son los célebres arcos del Corpus están en una sensilla estructura adintelada construida por los vecinos de la Sabina en 1954. Paulatinamente, el resto de barrios va sumándose a ésta iniciativa que se afianza como costumbre en la década de los sesenta. La sencillez de las primeras formas derivaría en complicadas estructuras que, hoy en día, se presentan como joyas singulares de la tradición popular canaria. Pañuelos de seda, banderillas de papel y rama verde del monte han sido complementos importantes en la historia de la decoración festiva del Corpus Christi de Villa de Mazo.